RADIO
lilen: energía a toda costa
Cargada de sonidos brillantes y potentes, referencias atrapantes
y una propia perspectiva visual, la productora y DJ santiaguina
se proyecta como una de las artistas más emocionantes
de la electrónica chilena.
y una propia perspectiva visual, la productora y DJ santiaguina
se proyecta como una de las artistas más emocionantes
de la electrónica chilena.
Por Jorge Morales
25.07.25
25.07.25
Cinco años después, en carne y hueso, lilen toca frecuentemente en el circuito underground chileno y hoy se proyecta como una de las productoras más emocionantes de la escena. Con un sonido repleto de texturas y con más o menos capas, la productora crea música con distintos ánimos, pero que siempre es esencialmente bailable. Por eso es que, tiende a no cerrarse dentro un género específico: pasando por el electro, el hard trance, el UK garage o el juke, en sus propias palabras lilen hace “club”, o sea, todo lo que pueda hacer que te muevas –con mayor o menor habilidad, depende de ti– delante de unos parlantes.
La producción es un camino que inició el 2019 mientras estudiaba Arte y conoció el FL Studio. Desde ese contexto es que comenzó a crear sonidos, desde una vereda que resulta extraña si la escuchamos: “Ahí estaba metida en otra música, otro estilo, era más ambiental, era más del ruido, era lo que me llamaba en ese tiempo”, afirma.
¿Cómo cambió su sonido? Entrando a la torre de babel sónica de nuestra generación: la música de Soundcloud. PC Music, Sophie (a quien sampleó en I’M REAL), la recordada nightcore4totalsluts (hoy un sello), las constantes referencias a la cultura pop, la música brillante, pero sobre todo acelerada, todo eso fue lo que formó los inicios de lilen como DJ y artista sonora. “Para mí, de repente el límite llegaba, en ese tiempo, como a 190, 200 BPM ¿cachai?, entonces era como ‘oh, esto está entretenido’, y ya en ese tiempo después empecé a tocar y estaba tratando de ver cómo traducir esa fórmula, de querer tocar esa música, que al final era la música que yo escuchaba”, explica.
A pocos años de esto, lilen ha conseguido un sonido sorprendentemente maduro. Desde su sampleo a Tego Calderón en Fronteo, hasta el hypepop bailable de MSCR, ha construido una propuesta reconocible y por sobre todo fresca para el circuito nacional. El uso constante de vocales distorsionadas –pero muchas veces conocidas– los sonidos brillantes y las percusiones potentes son parte de su sello, el cual la ha llevado a sonar en distintas partes del mundo, y a colaborar con artistas como AKRIILA o el colombiano Aleroj.
Su propuesta sónica es complementada con una visualidad cuidada, que muchas veces da origen a la música: en una entrevista a lilen no hay que preguntarle si pensó primero en la letra o en la melodía, la pregunta correcta es ¿qué fue primero, la portada o la canción?.
“Mi fascinación con la música era primero hacerle imagen a la música, que tuviera como un sentido, de hecho, yo creo que empecé hacer música porque quería hacer tapas, portadas, covers y después fue como “ya entonces también puedo meter todo eso” y también por eso igual desarrollo harto todo lo visual”.
Es ella misma quien, ocupando softwares 3D, crea la visual de su proyecto, una estética que la mayoría de las veces recoge un estilo cibernético y que imagina antes o después de producir un track en donde dice “voy a hacer algo a partir de esta imagen”.
Actualmente trabaja en el concepto de un nuevo EP, mientras escucha lo último de PinkPantheress, lanzamientos de UK garage, deep house y música de los 70-80s, como Minnie Riperton o incluso Simply Red.
En cuanto a su rol como DJ, a pesar de mantenerse tocando en sus lugares favoritos como Club Core y Club Quimera en Valparaíso, últimamente disfruta de tocar en eventos donde su tarea sea ambientar un espacio porque “últimamente me he sentido como muy empujando como hacia un sonido como más lento, más tirado como al trip hop y al downtempo, como que también disfruto mucho tirar ese tipo de música”. Por mientras nosotros, nos mantenemos atentos, bailando, esperando si ese sonido estará haciéndonos bailar en su próximo trabajo.